miércoles, 5 de marzo de 2014

San Juan de Ribera

Siglo XVI, Badajoz vive un momento de esplendor cultural irrepetible. La literatura y la artes plásticas, en todas sus modalidades, así como el pensamiento teológico y humanístico contaron con figuras significadas a nivel nacional.
Era el núcleo de población más importante y numeroso en  Extremadura, habiendo experimentado un desarrollo y crecimiento   inusual en ese momento. Después de varias guerras con Portugal atravesaba un período de paz en la década de los 60.
La población local acogía muchos forasteros entre los que se encontraban portugueses, moriscos, judíos y esclavos de familias acomodadas.
Existían tres parroquias, Santa María del Castillo, San Juan, y La Concepción. Las comunidades religiosas sumaban una docena y la Catedral actual estaba construida y abierta al culto.
En este contexto va a hacer su aparición en nuestra ciudad, nuestro obispo más conocido: San Juan de Ribera.
Sevillano de nacimiento (1532) de familia noble.Hijo natural de Don Perafán de Ribera y Portocarrero, duque de Alcalá y  marqués de Tarifa, llegaría a ser virrey de Cataluña y Nápoles.
Fué confiado a los cuidados de una tía paterna cuando con la escasa edad de un año quedó huerfano de madre, comenzando a vivir desde entonces en el palacio nobiliario de su padre, la famosa Casa de Pilatos.
Recibió la tonsura clerical en 1554 y poco después se fué a estudiar a Salamanca, donde cursó cánones(derecho),artes y teología, destacando en los estudios y en las disertaciones públicas llenando los auditorios.
A propuesta de Felipe II, el Papa Pío V, lo nombra Obispo de Badajoz cuando sólo contaba con 29 años.De gran sensibilidad religiosa desde su niñez, donde entre sus juegos destacaban la celebración de la misa en pequeños altares que él mismo construía, y la predicación de sermones que escuchaba.
A pesar de su origen noble, vive con austeridad impresionante. Come en plato de barro, y cuchara de palo, duerme sobre tarima de madera y envuelto en sábanas de estopa.
Su sueldo como obispo, lo da íntegro a los pobres de Badajoz, socorre a los huérfanos e hijos de familias muy pobres de la ciudad, proporciona la dote a jóvenes casaderas, manda regalos a los pobres en cajas de dulces que llevan introducidas algunas monedas...
Con ocasión de una devastadora sequía en la ciudad, vende todo su ajuar y objetos del palacio episcopal, para dar de comer al pueblo, al enterarse su padre vuelve a mandarle otra remesa de ricos materiales, los cuales vuelven a correr la misma suerte.
Retrato de San Juan de Ribera, de Luis de Morales
retrato de San Juan de Ribera pintado por Morales
Museo del Prado
De pobre salud, resentida probablemente por la práctica de la mortificación, fue un personaje muy querido por los badajocenses, con tanta fama de predicador que de los lugares cercanos a Badajoz se decían " vamos a oír al Apóstol"
Gran admirador de Morales de quien se convirtió en mecenas, encargándole varias obras, que contribuyeron a acrecentar la ya merecida fama del que fué apodado " el Divino".
Se fue de su querido Badajoz , como llegó ; sin nada, regalandole a los pobres su dinero y sus alhajas, salió de noche y con sigilo para evitar la triste despedida, de lo que había sido su pueblo.
Tras su salida de Badajoz fue nombrado Patriarca de Antioquía y Arzobispo de Valencia, donde su fama no alcanzaba límite. Allí fundó el colegio-seminario del Corpus Christi, donde dejó como condición que  dos de las plazas de este colegio debían ser destinadas a colegiales de la diócesis de Badajoz, ciudad de la que nunca se olvidó. Fue canonizado el doce de junio de 1960.

Nota: información sacada de la biografía de San Juan de Ribera escrita por don Tobías Medina Cledón.
y los libros "introducción al patrimonio cultural de la iglesia. la catedral de badajoz" y
"Luis de Morales" de carmelo Solís.



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