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San Marco y San Marceliano por Alonso de Mures. |
El Gobernador militar acudió con algunos soldados a tratar de apagar las llamas, pero el oficial que tenía las llaves del polvorín también había huido...
En medio de todo este caos y del pánico generalizado, sólo unos pocos valientes se atrevían a ayudar intentando sofocar la situación, y entonces como por arte de magia aparecieron dos jóvenes que se afanaban por apagar el fuego, y ayudar a enfermos e impedidos, de un lado para otro dando ánimos. Según la crónicas "dos mozos de gallarda figura que a todos alentaban y trabajaban por muchos". Tan pronto como consiguieron apagar el fuego, desaparecieron, nadie los conocía , nadie sabía de ellos, por lo que los ciudadanos lo atribuyeron a un milagro, pensando que fueran los santos mártires "San Marco y San Marceliano", dos jóvenes mártires romanos que se celebraban ese mismo día.
El cabildo y la ciudad decidieron desde ese mismo día nombrarlos patrones menores de la ciudad, dejando como principal a San Jose. Su devoción en la ciudad fue grande, por lo que se les dedicó un altar en el trascoro del templo de la catedral, al otro lado de San Jose. " Y ahí se pintaron y pusieron sus efigies", por la mano de don Alonso de Mures.
Nota: información sacada del libro " Mujeres de Badajoz" de Alberto Rodriguez y " La Catedral de Badajoz"
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