martes, 1 de abril de 2014

Un señor en la pintura. Leopoldo Gragera

Conocí a Leopoldo con ocasión de un trabajo que nos encomendaron a mi compañera, y amiga Teresa Gil, y a mi, para el museo de Bellas Artes. Eramos entonces dos historiadoras recién licenciadas, que hacían sus prácticas, y el entonces director del museo, Don Francisco Pedraja, pensó que sería interesante recopilar datos de algunos pintores extremeños, para una catalogación de su obra.
Era finales del mes de noviembre, y las dos nos encaminamos hacia la calle Vicente Barrantes, y entrabamos en el numero 7, donde don Leopoldo nos había citado a las 11 de la mañana.
Nos sorprendió todo, desde la entrada en el portal, en donde un enorme fresco protagonizado  por una mujer , nos avisaba de que entrabamos en la casa de un artista, hasta la figura del pintor, elegante, serena, señorial, y humana, muy humana.
retrato de un joven, pintado cuando tenía trece años.
(carboncillo)
Cuando nos recibió, hacía diez años, que había dejado de pintar. una enfermedad de la vista le había quedado incapacitado para realizar lo que más le gustaba, pero rememoraba cada una de sus obras como si las hubiera pintado el día anterior, con el sentimiento a flor de piel, como un padre que habla orgulloso de sus hijos.
Recordó su niñez, en el campo, en la finca Malaque, y su educación a cargo de profesores particulares, y sus veranos en San Martino(Portugal) y La toja, donde tomaba baños debido a una enfermedad de la piel.
Guarda de Malaque
Comenzó su trayectoria pictórica en Madrid, con Maximino Peñas, renunciando a realizar su verdadero sueño, que era ser político, como su abuelo, y posteriormente se trasladó a Badajoz donde estudió con Covarsí, en la escuela de Artes y Oficios, sorprendiendole aquí la guerra.
Tardaron en movilizarle por que era miope, y fué en el 38 cuando hubo de abandonar su vocación para prestar servicios auxiliares.
Vuelve en el 39 a Madrid, a la escuela de San Fernando , dirigida por aquel entonces por Fernando Chicharro, y estudió pintura, bajo la dirección de Julio Moisés.
Una vez establecido con posterioridad en Badajoz, realizará la mayor parte de su obra.
Sus primeros pasos adolecían del recuerdo estilítico de su profesor a quien siempre admiró, Julio Moisés, pero enseguida acabó por imponer su temperamento, y poco a poco después quedó formada su personalidad con influencias tanto de Covarsí como del ya nombrado Moisés.
Vivió en Badajoz los años en que en esta ciudad se estaba dando un resurgir artístico, potenciado desde organismos oficiales.. Admirador de Goya, Velazquez y el Greco, y en otro orden Macarrón, y su admirado profesor, Moisés.
Toca todo los campos de la pintura; el bodegón, el paisaje, y las flores, especialmente jarrones, pero se le considera principalmente retratista.
Entre sus composiciones,como pintor populista que fué, había pintado diversas clases de individuos sencillos, tomados del natural, recogiendo aspectos y personajes típicos de la ciudad pacense donde había desarrollado su carrera. Destacan la serie de gitanos, muy apreciados por él, figuras tomadas del natural, que el pintor citaba en su casa y a las que pagaba por posar.
mujer extremeña
En contraposición,  los retratos realizados a señoras de la sociedad  de aquella época, donde al igual que Morales su habilidad para pintar manos era notoria, son el contrapunto de aquellos personajes típicos, mundanos, de la capital pacense,  que tanto le gustaba retratar. Son retratos, de gran elegancia y delicadeza de   cuidada armonía en los rostros, y sorprenden por su señorío.
Nos impresionó , la fuerza interna  que imprimía en la mirada de sus gitanas, que eran su principal orgullo, y a  las que rodeaba de una atmófera evanescente dotándolas de una refinada elegancia.
El,  que  con humildad, aceptaba su propio "franciscanismo",  por su sencillez,  fué sobre todo un caballero hasta el final de sus dias, acaecida unos meses después de nuestra visita.
Nos pidió que cuando tuviesemos  preparado el boceto del trabajo, se lo mandaramos para leerlo. No pudo ser...el proyecto, se quedó aparcado, y unos meses después  don Leopoldo murió.
El otro día leí que el museo de Bellas Artes le dedicaba una exposición a su obra, y recordé nuestro encuentro con él, por eso decidí hacerlo protagonista de mi historia de esta semana.
Don Leopoldo fué muy generoso con dos historiadoras novatas cuando su obra ya era muy reconocida  y admirada y  críticos tan conocidos como  Segura Otaño,Cienfuego, y Antonio Zoido, plasmaban en sus artículos las excelencia y refinamiento de su pintura.
Sentí que se lo debía...
Nota:, los cuadros son propiedad de la colección particular de don Alfonso Gragera Thomas
La exposición puede verse en el museo de Bellas Artes hasta el día 25 de mayo.

2 comentarios:

  1. - Leonor, soy Diego Gragera. Precioso artículo tuyo que me ha llegado por Facebook sobre mi tío Leopoldo y que me ha gustado mucho. Gracias.

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    1. Me alegro, que te haya gustado Diego. Para mi fue un placer conocer a tu tío, es muy merecido su reconocimiento con esta exposición, que me ha parecido, maravillosa. Desde aquí espero contribuir con mi granito de arena, a su mejor conocimiento.

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